Estás en:
A prender tu mente
María Alejandra Castro Jiménez
Psicóloga de Admisiones en UNICERVANTES
Después de casi dos años de enfrentarnos como sociedad a una pandemia que nos obligó a un confinamiento casi involuntario y donde nuestras rutinas y costumbres cambiaron drásticamente de la noche a la mañana, las herramientas tecnológicas se convirtieron en el principal medio de comunicación para desarrollar nuestras tareas diarias de trabajo, estudio y reunión con nuestros familiares y amigos con los cuales nos acercamos de manera remota a través de videoconferencias y donde una pantalla fue nuestro principal medio de interacción.
Los colegios y las universidades reemplazaron los salones de clase por aulas virtuales, los estudiantes y docentes de manera paulatina tuvieron que adaptarse a nuevas plataformas tecnológicas y la conexión a Internet se hizo obligatoria, según un informe del DANE del 21 de septiembre de 2021, el país obtuvo más de 950 mil nuevos hogares conectados a Internet, es decir casi un millón de familias entraron a la era digital en 2020.
¿Cuáles son los 10 beneficios presencial?
Con el retorno a la presencialidad plena en los colegios y universidades a partir de enero del presente año, comenzamos a regresar a nuestra cotidianidad y los felices reencuentros no se hicieron esperar. Además de estos, desde UNICERVANTES identificamos 10 beneficios adicionales de la educación presencial:
1. Se construyen lazos de amistad únicos y más duraderos, además el compartir permite que haya un intercambio más fluido generando confianza.
2. Las clases presenciales generan emociones positivas lo cual ayuda a disminuir los sentimientos de soledad, además permiten un espacio para el intercambio cultural.
3. Se disminuyen las desigualdades sociales, no existen limitaciones por la mala conexión a Internet o problemas técnicos con las plataformas digitales.
4. Se favorece el cuidado de la salud mental, se fomentan espacios de aprendizaje saludable potencializando el crecimiento académico, personal y social.
5. La interacción es en tiempo real, las clases presenciales garantizan una interacción inmediata entre (docente – estudiante y/o estudiante – estudiante) lo cual permite que se abran espacios mucho más fluidos para preguntas, notas importantes, debates y explorar nuevos temas, entre otros.
6. Los criterios de evaluación son más amplios, si bien cada asignatura tiene unos parámetros establecidos, la presencialidad permite ampliar este aspecto e incluir nuevos criterios con el fin de adaptarse al grupo teniendo en cuenta las necesidades identificadas y los avances alcanzados.
7. Se potencializan las habilidades blandas ya que en la actualidad para las compañías estas son primordiales en el perfil de un profesional. Estas se relacionan con la inteligencia emocional y las actitudes profesionales como son: la gestión del tiempo, trabajo en equipo, adaptación al cambio, liderazgo, resolución de conflictos y comunicación asertiva, las cuales se desarrollan en el aula de clase.
8. La disciplina y organización son indispensables en el ámbito académico y profesional, el contar con un horario y una rutina diaria es primordial para trabajarlas. Así mismo la organización, el manejo del del tiempo y la autonomía se ven impactadas de manera positiva.
9. Las clases son más dinámicas y con menos distractores ya que al desarrollarse de manera presencial son más ágiles y tienen un control del espacio. La atención en este ámbito es más prolongada permitiendo generar espacios más participativos.
10. La red de contactos profesionales en la presencialidad permite conectar a un grupo de personas con un mismo interés vocacional que a largo plazo construirán relaciones que les serán útiles para acceder a un nuevo trabajo, hacer negocios y/o materializar proyectos en el futuro.
Si te gustó este contenido y quieres conocer más, te invitamos a visitar nuestra sección: A prender tu mente y disfrutar de este y otros artículos que tenemos para ti.
