Por: Jeison Fabián Palacios
Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
Observaba cómo en diversos buscadores, jóvenes de distintas edades querían resolver la pregunta: ¿cómo saber para soy bueno? Haciendo énfasis sobre todo en aspectos vocacionales para la elección de carreras universitarias.
A continuación les dejaré algunos consejos para ayudar con esta pregunta filosófica.
Existen distintos tipos de inteligencia, no todas las personas sirven para todo, la clave está en encontrar y determinar esas habilidades que día tras día lo han hecho triunfar en distintas áreas o aspectos cotidianos.
Las carreras tradicionales no deben ser la primera opción, si te gusta hacer videos, deporte, arte o quizás viajar, encontrarás en estos planes algo más que un hobby, pueden ser oportunidades para desafiar las estructuras tradicionales y arriesgarte a explorar opciones académicas que fundamenten esos gustos e intereses.
No te dejes sesgar por comentarios como “esa carrera no da”, “son muchos los ingenieros, médicos y abogados», día a día la ciencia avanza y se especializa necesitando distintos profesionales para trabajar.
Elige algo que te haga feliz, visualízate como será tu vida, en qué podrás trabajar, con qué personas y ambientes, así se encuentra la clave para saber cómo se quiere llegar al futuro y qué debes hacer en el presente.
Ser bueno es algo que no puede determinarse por nadie o por una prueba. Ser bueno implica ser feliz con lo que se hace, hacer pocas cosas pero hacerlas bien.
La elección de una carrera es un proceso interno que debe evaluar habilidades, expectativas, visión del futuro y con base a ello se debe tomar la decisión.
Acércate a la universidad, al programa que te interese, lee y sobre todo realiza pequeños ejercicios o experimentos que te permitan tener relación con el rol de la profesión que te interese.
Por último, no olvides que las experiencias que vendrán en la universidad te llevarán a la madurez, el análisis y sobre todo a disfrutar la experiencia universitaria.
